Por: Guillermo Salas Razo
La Economía del Conocimiento se refiere a un modelo económico que se basa en la generación, distribución y aplicación del conocimiento y la información. En el México de hoy, enmarcado por un próximo cambio en el gobierno federal y la necesidad urgente de afrontar un nuevo escenario que nos trae el Cambio Climático, las Universidades Públicas debemos desempeñar un papel esencial en el fomento y desarrollo de está Economía del Conocimiento por diversas razones:
La Diversificación Económica, pues México ha dependido históricamente de sectores como la manufactura y la exportación de recursos naturales; por lo que las Universidades Públicas debemos liderar la investigación y el desarrollo en sectores emergentes, ayudando a diversificar la economía y reducir la dependencia de sectores tradicionales.
La Competitividad, pues en un mercado globalizado, la capacidad de innovar y adaptarse rápidamente a los cambios tecnológicos es esencial; por lo tanto, las Universidades Públicas tenemos que ser los centros de innovación y desarrollo tecnológico, preparando a nuestros estudiantes para competir en ese mercado global y contribuyendo a la creación de sectores de alta tecnología y servicios avanzados.
El Desarrollo Sostenible, en este rubro, las Universidades Públicas tenemos la responsabilidad de promover el uso eficiente de los recursos y la creación de soluciones innovadoras para problemas ambientales y sociales; la investigación en energías renovables, tecnologías limpias y prácticas sostenibles son fundamentales para enfrentar los grandes desafíos del cambio climático.
La Educación y Capital Humano, considerando que la Economía del Conocimiento pone un gran énfasis en ello, por lo que las Universidades Públicas debemos ser líderes en la formación de una fuerza laboral capacitada, invirtiendo en programas de educación avanzada, investigación y desarrollo (I+D) que preparen a nuestros estudiantes para contribuir a la innovación y el crecimiento económico de nuestro país.
La Atracción de Inversiones, pues en un entorno favorable la Economía del Conocimiento puede atraer inversiones extranjeras directas (IED) en sectores de alta tecnología y servicios avanzados; aquí, las Universidades Públicas tenemos que colaborar con el sector privado para facilitar la transferencia de tecnología y conocimientos, generando empleo y fomentando el desarrollo económico.
El Emprendimiento e Innovación, este es un ecosistema que debemos fomentar desde las Universidades Públicas, apoyando a startups y PYMEs a través de incubadoras y aceleradoras para que accedan a programas de financiamiento que les generen oportunidades novedosas de negocio y empleo.
La Inclusión Social, pues la Economía del Conocimiento tiene el potencial de reducir las brechas sociales y económicas; por lo tanto, las Universidades Públicas debemos proporcionar acceso a la información, oportunidades de educación y empleo a un mayor número de personas, especialmente de comunidades marginadas.
El Desarrollo de Infraestructura Digital, ya que esta es esencial para la Economía del Conocimiento; por lo tanto, las Universidades Públicas tenemos que emprender y liderar en investigación y desarrollo en áreas como la conectividad, la ciberseguridad y el acceso a tecnologías emergentes como la inteligencia artificial y el Big Data.
Por todo lo anterior, las Universidades Públicas tenemos que adaptar nuestro modelo al de la Economía del Conocimiento, creando un entorno más inclusivo y resiliente, que prepare a nuestros jóvenes para enfrentar los desafíos del futuro que México demanda, #Palabra_de_Nicolaíta.