Por: Guillermo Salas Razo
Después de advertir la semana pasada del riesgo que tiene México de ser sancionado por el incumplimiento del Tratado comercial con Estados Unidos y Canadá (T-MEC) derivado del bloqueo por decreto presidencial al maíz genéticamente modificado para consumo humano, Estados Unidos solicitó formalmente la creación de un panel de solución de controversias, el cual hoy se complica aún más, por el anuncio de la participación de Canadá, que se suma como tercero en el panel de solución de controversias en contra de la prohibición de México al uso de maíz transgénico en tortillas y pastas.
Y es que Canadá comparte la preocupación con Estados Unidos sobre las medidas que México ha tomado, pues al igual que ellos advierten que nuestro país no muestra evidencias científicas que sustenten su postura de incumplimiento; lo que perturba innecesariamente (a decir de ambos países), el mercado norteamericano.
¿Y porque se suma Canadá a la controversia?
Pues porque Canadá, a pesar de no ser un gran exportador de maíz, es un gran productor de canola transgénica. Para Canadá la canola es el principal producto agrícola de exportación a México, del cual fue su único proveedor externo en 2022, con una importancia económica que representa 901 millones de dólares anuales, con tendencia al alza; y temen que estas medidas del bloqueo mexicano puedan algún día extenderse a sus productos.
Por eso, el Gobierno de Canadá se suma a las exigencias de que México garantice la correcta interpretación de las medidas sanitarias y fitosanitarias del Tratado Comercial, las cuales se basan en principios científicos, normas internacionales, directrices y evaluaciones de riesgos adecuadas.
De ahí, mi insistencia del papel tan importante que deberíamos tener las Universidades y Centros de Investigación del país, debatiendo en esos términos los alcances de esta controversia, y generando tanto el sustento de la postura mexicana, como las medidas estratégicas de control y mitigación del daño que pudiera tener el desenlace adverso que se ve venir.
¡¡Hay que tomarlo en serio!!
Si México pierde el panel sobre maíz transgénico, Estados Unidos recibiría una indemnización millonaria y gravaría productos nacionales; indemnización que ascendería a 20 mil millones de dólares como de remediación al daño y se impondrían aranceles a productos mexicanos que exportamos como: cerveza, tequila, aguacate, jitomate, frambuesa, moras, fresas, automóviles, autopartes, entre muchos otros.
¡¡Acaso no vemos las Universidades Públicas un momento de oportunidad!!
Podemos no solo ser protagonista de la defensa de los intereses de la Nación, sino también de nuestro sector económico-productivo, y tenemos la gran oportunidad de visibilizar nuestra pertinencia social para justificar nuestras demandas justas de presupuesto, el cual por cierto sigue siendo la principal problemática que tenemos las Universidades Públicas del país.
Este es un exhorto a las autoridades Universitarias del País, el tiempo nos alcanzó; pero en el interior de Instituciones como la nuestra “La Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo”, existe el capital intelectual sobrado para argumentar con principios científicos, normas internacionales, directrices y evaluaciones de riesgos, la defensa de México en el panel de controversia, #Palabra de Nicolaíta.