Por: Guillermo Salas Razo

La falta de lluvias y la escasez de agua en Michoacán son una situación que no podemos continuar ignorando. A diario, presenciamos cómo los cuerpos de agua se agotan, los cultivos se marchitan y los animales perecen debido a la falta de este recurso vital. Los impactos del cambio climático y la explotación excesiva de los recursos hídricos son notorios en nuestro Estado, y si no actuamos de manera inmediata para hacerles frente, estaremos acelerando un desenlace catastrófico.

Es momento de dejar de ignorar la realidad y reconocer que la falta de lluvias y la escasez de agua no solo afectan a los agricultores y a las zonas rurales. Son problemas que nos conciernen a todos, sin importar nuestra ubicación o forma de vida. El agua es esencial para la supervivencia y su escasez nos impacta directa o indirectamente. Si no tomamos medidas urgentes y tomamos conciencia, el futuro de Michoacán y sus habitantes será cada vez más incierto.

La carencia de agua tendrá graves repercusiones, como la disminución de los cultivos, la escasez de alimentos, una mayor migración obligada y conflictos por el acceso al agua. Estas consecuencias no solo afectarán a las áreas rurales, sino también a las ciudades y a la economía del estado. También, la falta de agua impactará en la producción agrícola y ganadera, lo que a su vez afectará la disponibilidad y los precios de los alimentos. Además, la migración forzada de las comunidades rurales a las zonas urbanas en busca de agua y empleo provocará una sobrepoblación y una mayor presión sobre los recursos hídricos en las ciudades.

Se requieren acciones concretas para abordar la escasez de agua y la falta de recursos hídricos en Michoacán. Esto implica adoptar prácticas sostenibles en la agricultura, como el empleo de métodos de riego eficientes y la rotación de cultivos. Asimismo, es crucial fomentar la preservación de los cuerpos de agua, evitando su contaminación y explotación excesiva. Además, resulta esencial disminuir el consumo de agua en nuestras actividades cotidianas, tanto en nuestros hogares como en nuestras empresas.

Todos tenemos la responsabilidad de tomar medidas para hacer frente a la sequía y el estrés hídrico en Michoacán. No podemos seguir ignorando un problema que nos afecta a todos. Debemos reconocer que la sequía y el estrés hídrico son una realidad y actuar de manera responsable para evitar consecuencias catastróficas. El destino de Michoacán depende de nosotros y es nuestra obligación tomar acciones para protegerlo.

Por eso, es fundamental que las autoridades y los gobiernos locales desempeñen un rol activo en la administración y preservación del agua. Se requiere la aplicación de políticas y planes que impulsen el uso responsable del agua y que sensibilicen sobre su relevancia como recurso. Asimismo, es imprescindible invertir en infraestructura y tecnologías que faciliten una gestión más eficiente del agua y un uso más efectivo de la misma.

La enseñanza y la concienciación son elementos esenciales en la batalla contra la sequía y la falta de agua. Es crucial que la sociedad esté al tanto de la relevancia del agua y las repercusiones de su escasez, así como de las acciones que pueden llevar a cabo para preservarla.

Aceptémoslo, la falta de lluvias y la escasez de agua en Michoacán son problemas urentes que requieren una acción inmediata y responsable por parte de todos. Si no tomamos medidas concretas para conservar el agua y garantizar un futuro sostenible, estaremos acelerando un desenlace catastrófico que nos afectará a todos. Es responsabilidad de cada uno de nosotros tomar medidas ahora antes de que sea demasiado tarde, #Palabra_de_Nicolaíta.