Por: Guillermo Salas Razo

 

Las cooperativas agroalimentarias juegan un rol esencial en el fortalecimiento de las economías rurales y el desarrollo sostenible de las comunidades en Michoacán, especialmente en el contexto actual del sector agroalimentario.

Su acción participativa no solo fortalece las estructuras internas de las cooperativas, sino que también ofrece una oportunidad invaluable para el impulso de clústeres y corredores de desarrollo agroalimentario, los cuales pueden generar un impacto significativo en la competitividad del sector.

En este sentido, las cooperativas pueden implementar diversas acciones que les permitan mejorar sus capacidades y a su vez, fomentar el desarrollo de sus regiones.

Como primera acción se debe diseñar una estrategia de fortalecimiento de la infraestructura local, lo cual incluye la creación de centros de acopio, la construcción de instalaciones de procesamiento y la mejora de la conectividad. Estas acciones facilitarían la comercialización de productos dentro de un clúster agroalimentario, permitiéndoles a ellos y a otros productores no afiliados acceder a mercados más amplios, potenciando la integración de la cadena de valor.

La formación y capacitación es otro pilar clave, ya que mejoraría las capacidades productivas y organizativas de los miembros de las cooperativas, permitiéndoles gestionar proyectos, manejar finanzas cooperativas y negociar de manera más eficaz en mercados competitivos. Este proceso de fortalecimiento no solo mejoraría la competitividad de las cooperativas, sino que también contribuiría al fortalecimiento del tejido social y empresarial de las comunidades rurales.

En cuanto a la comercialización y distribución, mediante la organización colectiva las cooperativas tendrían la capacidad de superar las barreras de acceso al mercado, mejorando su poder de negociación, reduciendo costos y ofreciendo productos más competitivos en términos de calidad y precio, lo que favorecería la expansión de un clúster agroalimentario en Michoacán.

También una estrategia clave sería el fomento de la economía circular, ya que promueve la sostenibilidad ambiental y abriría nuevas oportunidades económicas dentro de un corredor agroalimentario. Además, esta debería estar acompañada de innovación en productos y procesos, lo que les permitiría agregar valor a sus productos y acceder a mercados más amplios, aumentando la rentabilidad y la resiliencia del sector.

Por último y quizá el aspecto clave, sería el desarrollo de redes de cooperación, pues este es esencial para resolver desafíos comunes. Adoptando plataformas colaborativas que optimicen los recursos y que a la vez generen sinergias entre actores clave, multiplicando el impacto colectivo en el sector agroalimentario.

Por lo tanto, la creación de clústeres o corredores de desarrollo en Michoacán no solo es una necesidad estratégica para el presente, sino también una oportunidad para garantizar el futuro de la agroindustria en la región.

Estos clústeres y corredores de desarrollo pueden ser la base para una transformación estructural que impulse la competitividad, la sostenibilidad y el bienestar de las comunidades rurales, consolidando a Michoacán como un referente agroalimentario en México, #Palabra_de_Nicolaíta.