Por: Guillermo Salas Razo.
En 2024, la producción agropecuaria en México se enfrentó a un contexto marcado por desafíos climáticos y cambios en las dinámicas de producción. Este año ha sido testigo de una serie de tendencias que reflejan tanto las dificultades como las oportunidades dentro del sector agropecuario.
Se proyecta que la producción agropecuaria y pesquera en México caerá un 1.9% en 2024, alcanzando un total de 293.2 millones de toneladas. Esta reducción se atribuye principalmente a condiciones climáticas adversas, como sequías y menores lluvias, que han afectado la superficie sembrada y aumentado la siniestralidad de cultivos. En particular, el primer trimestre del año mostró una disminución del 6.1% en la actividad agropecuaria nacional, con las regiones norte y centro siendo las más afectadas.
La producción de maíz, un cultivo fundamental para la alimentación en México, se estima que disminuirá un 8.9%, alcanzando 25.1 millones de toneladas, lo que representa el nivel más bajo en casi una década. Esta caída está vinculada a una reducción significativa en la superficie sembrada, especialmente en estados clave como Sinaloa y Jalisco. La disminución en los rendimientos también ha sido fuertemente afectada por las condiciones de sequía severa, donde se estima que el 80.3% de la producción agrícola nacional estuvo expuesta a dichas sequías extremas.
A pesar de las caídas en otros sectores, se espera que la producción pecuaria crezca un 2%, alcanzando 25.6 millones de toneladas. Este crecimiento se debe a condiciones favorables para la producción de productos como leche, carne avícola y huevo, lo que contrasta con las dificultades enfrentadas por el sector agrícola. La demanda interna y la reducción de costos en materias primas clave también han favorecido este aumento.
Sin embargo, el cambio climático sigue siendo una preocupación central para el sector agropecuario. Las sequías prolongadas han expuesto a un alto porcentaje de la producción agrícola a condiciones severas, lo que ha llevado a una mayor vulnerabilidad del sector. Ante este panorama, es crucial que el gobierno mexicano promueva políticas efectivas para mitigar estos efectos y fomentar prácticas agrícolas más sostenibles.
Bajo un enfoque de autosuficiencia alimentaria, esperemos que el gobierno mexicano implemente políticas para apoyar al campo, reduciendo así la dependencia de importaciones. Con un impulso hacia la innovación y la adopción de tecnologías avanzadas podríamos mejorar los rendimientos agrícolas y hacer frente a los desafíos climáticos.
Esta producción agropecuaria del 2024 en México refleja un sector que requiere una transformación profunda ante los retos significativos impuestos por el cambio climático y las fluctuaciones en la producción.
El crecimiento en el sector pecuario y el enfoque hacia prácticas más sostenibles ofrecen oportunidades valiosas para mejorar la resiliencia del agro mexicano frente a estos desafíos; por lo que la implementación efectiva de políticas gubernamentales será crucial para asegurar un futuro más sostenible y productivo para el campo mexicano, #Palabra_de_Nicolaíta.