Por: Guillermo Salas Razo
La crisis migratoria que enfrenta México, acentuada por las políticas restrictivas de Donald Trump, ha puesto en evidencia lo importante que es apostar por el talento de nuestra gente.
En este panorama, la capacitación y certificación por competencias se presentan como claves para preparar a la población frente a los retos del mercado laboral global y, al mismo tiempo, impulsar un desarrollo sostenible.
Crear un centro de evaluación y capacitación por competencias del CONOCER en nuestro Estado es esencial, porque no solo establecería estándares claros que conectaran la formación con lo que realmente necesita el sector productivo, sino que también abriría puertas a programas de capacitación de calidad y utilidad real.
Este enfoque en el desarrollo de habilidades, conocimientos y actitudes laborales es vital para que los trabajadores mejoren su desempeño, y esto se traduce en mayor productividad y competitividad para nuestras empresas mexicanas.
Ofrecer certificaciones reconocidas en México y fuera de él, da a los trabajadores una carta de presentación formal que les abre más y mejores oportunidades laborales, dentro o fuera del país.
Además, en este momento donde México busca salir avante ante el inicio de la política de deportaciones masivas; este sistema robusto de certificaciones aseguraría que nuestra fuerza laboral esté bien preparada para los retos del mercado, contribuyendo al Plan México, presentado por la Presidenta Claudia Sheinbaum, como una estrategia integral diseñada para impulsar el desarrollo económico y social del país con una visión a largo plazo.
El Plan México tiene como pilar generar empleos bien pagados y especializados, y ahí es donde la capacitación por competencias hace toda la diferencia.
Si logramos desarrollar habilidades específicas en áreas clave como textiles, calzado y manufactura, podremos garantizar que al menos la mitad de lo que consumimos sea producido en México, como lo busca dicho plan.
Además, el mismo Plan presenta como objetivo el aumentar la inversión pública y privada a más del 25% del PIB, lo que solo será posible con una fuerza laboral capacitada para satisfacer la demanda de los inversionistas y el sector empresarial.
Por eso se deben impulsar los programas de capacitación, pero cuidemos que estén ajustados a las vocaciones de cada región y las cadenas de valor locales; solo así se estarían mejorando las condiciones de vida de la población; y para el caso de los jóvenes, les estaríamos dotando de herramientas para ser competitivos en un entorno laboral cada vez más desafiante.
Así que, crear un centro como este no es solo una estrategia para enfrentar la crisis actual, es un paso indispensable para alcanzar las metas del Plan México y construir un futuro más próspero para todos, #Palabra_de_Nicolaíta.