Por: Guillermo Salas Razo

 

La biorremediación es el proceso de utilizar organismos vivos para eliminar, degradar o neutralizar contaminantes en el medio ambiente; y el bambú es una planta con esa gran capacidad de biorremediador, pues tiene la capacidad de absorber y eliminar contaminantes del suelo y del agua, ayudando a mejorar la calidad del medio ambiente.

El bambú tiene un sistema de raíces muy extenso y profundo lo que le permite absorber grandes cantidades de nutrientes del suelo, y al mismo tiempo, estas raíces también pueden absorber contaminantes como: metales pesados, pesticidas y otros químicos presentes en el suelo, acumulándolos en sus tejidos, ayudando así a reducir su presencia en los suelos, y una vez que el bambú ha absorbido los contaminantes, estos pueden ser eliminados a través de la poda y el corte de la planta, lo que permite una limpieza efectiva del suelo.

 Además, el bambú tiene un sistema de raíces muy extenso y profundo que lo hace ideal para la estabilización del suelo y la prevención de la erosión; esto es especialmente importante en zonas afectadas por la deforestación y la degradación del suelo, ya que el bambú puede ayudar a restaurar la salud del suelo y prevenir deslizamientos de tierra.

También, el bambú es una planta que tiene la capacidad de absorber grandes cantidades de dióxido de carbono (CO2) y otros gases de efecto invernadero que están contribuyendo al acelerado calentamiento global, y consecuentemente al Cambio Climático.

Otra ventaja del bambú es su rápido crecimiento y su capacidad para regenerarse rápidamente después de ser cosechado, convirtiéndolo en una excelente opción para la reforestación y la restauración de ecosistemas degradados, obteniendo además grandes beneficios y gran potencial económico y social, pues al ser una planta tan versátil, se puede utilizar en la construcción, la fabricación de muebles, la producción de papel y muchos otros usos; con lo que se puede también generar empleos y oportunidades económicas en comunidades locales.

Y algo muy importante es que, el bambú también actúa como biorremediador de recursos hídricos por su gran capacidad para filtrar y purificar el agua, pues sus raíces pueden retener sedimentos y partículas en suspensión, lo que ayuda a limpiar el agua y mejorar su calidad al absorber los nutrientes en exceso (nitratos y fosfatos presentes en muchos de nuestros ríos y lagos por el desmedido uso de fertilizantes en huertos y cultivos) que son muy perjudiciales para nuestros ecosistemas acuáticos.

Al eliminar estos nutrientes del agua, el bambú ayuda a prevenir la eutrofización del agua y a mantener un equilibrio saludable en los ecosistemas acuáticos.

Por eso en la búsqueda de alternativas sostenibles, se debe considerar la potencialidad del bambú como una opción de biorremediación económica, accesible, viable y necesaria en una visión de desarrollo en el contexto actual del Cambio Climático, #Palabra_de_Nicolaíta.